José Medina, presidente de Ray and Berndtson (infoempleo.com 15 de abril de 2007) retrata la “anatomía de la persona en el directivo excelente”: como profesionales, la experiencia, el conocimiento del sector y la formación actualizada son valores indiscutibles, se sobreentienden en este tipo de profesionales, pero esto no es suficiente ya que existen otros valores que se centran en las personas, y van más allá de la compostura, el don de gentes y el liderazgo que normalmente se les exige para adentrarse en el terreno de las emociones, porque es aquí donde se diferencia un jefe adecuado de uno simplemente excelente.
En primer lugar se conocen a sí mismos, tanro sus puntos fuertes que explota como los débiles que reconoce. Deben ser apasionados, pero no irreflexivos o viscerales. Son curiosos, perseverantes y flexibles, están dotados de un acusado liderazgo entendido como la capacidad para influir en los demás, no como dotes de mando, saben comunicarse con los otros y también saben TRABAJAR eficazmente CON ellos, fomentando un clima abierto. Para Medina, las habilidades comunicativas son imprescindibles, porque su liderazgo estaría en cuestión si no saben entender y sentir lo que sienten los otros, además de comunicar sus propias opiniones y sentimientos con eficacia, “preguntan mucho, y después escuchan mucho más: escuchan más que hablan”.
No huyen de las situaciones desfavorables, sino que las abordan y resuelven. Por último, otro rasgo que aporta un valor diferencial a un líder es el aprovechamiento del tiempo: saben que es un bien escaso y lo aprovechan al máximo, jamás pierden el tiempo.
En resumen, estos son los 7 puntos para un líder excelente:
1.Se conocen muy bien, sus valores y debilidades
2.Son apasionados pero no viscerales
3.Apertura, flexibilidad y aprendizaje ante el entorno y ante el cambio.
4.Empatía y comunicación
5.Iniciativa y orientación a resultados
6.Liderazgo, cooperación y equipo.
7.Son prácticos, valoran el tiempo.
En primer lugar se conocen a sí mismos, tanro sus puntos fuertes que explota como los débiles que reconoce. Deben ser apasionados, pero no irreflexivos o viscerales. Son curiosos, perseverantes y flexibles, están dotados de un acusado liderazgo entendido como la capacidad para influir en los demás, no como dotes de mando, saben comunicarse con los otros y también saben TRABAJAR eficazmente CON ellos, fomentando un clima abierto. Para Medina, las habilidades comunicativas son imprescindibles, porque su liderazgo estaría en cuestión si no saben entender y sentir lo que sienten los otros, además de comunicar sus propias opiniones y sentimientos con eficacia, “preguntan mucho, y después escuchan mucho más: escuchan más que hablan”.
No huyen de las situaciones desfavorables, sino que las abordan y resuelven. Por último, otro rasgo que aporta un valor diferencial a un líder es el aprovechamiento del tiempo: saben que es un bien escaso y lo aprovechan al máximo, jamás pierden el tiempo.
En resumen, estos son los 7 puntos para un líder excelente:
1.Se conocen muy bien, sus valores y debilidades
2.Son apasionados pero no viscerales
3.Apertura, flexibilidad y aprendizaje ante el entorno y ante el cambio.
4.Empatía y comunicación
5.Iniciativa y orientación a resultados
6.Liderazgo, cooperación y equipo.
7.Son prácticos, valoran el tiempo.
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