Todos vivimos en un frenético mundo de decisiones, actuaciones, satisfacciones e insatisfacciones, pero ¿realmente tenemos claro cuales son nuestras prioridades?, ¿que es lo que realmente merece la pena vivir y que no?. Si hoy fuera el último día de mi vida, ¿querría hacer lo que voy a hacer hoy?. En el artículo de fondo de infoempleo.com del grupo thinkingheads leo esta semana acerca de estas ideas que si vives cada día como si fuera el último, algún día tendrás razón. Cuando se vive de esta forma realmente te das cuenta de cuales son las cosas que de veras te importan y cuales no, cuales son tus auténticas prioridades, aquello que te merece la pena y lo que no. Recordar que vas a morir es la mejor forma de evitar la trampa de que tienes algo que perder. Ya estás desnudo, no hay razón para no seguir tu corazón.
Hay que aprovechar el tiempo dando valor a los proyectos que de verdad aportan valor. Hay que implicarse en aquellos proyectos como si fueran aventuras en las que vale la pena invertir nuestro valor más preciado: nuestro tiempo.
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